El ciclo de la vida tiene mucho que ver con lo que le ha
pasado a David Calle, que este viernes está exultante haciendo entrevistas a
periodistas de medio mundo en su primer viaje a Asia. Sentado en una silla en
mitad del lujoso hotel Atlantis de Dubai, Calle explica que tuvo un bache y
suspendió matemáticas cuando estaba en COU. Y fue a una academia en la que
encontró a uno de esos maestros que te cambian la vida. Más de 20 años después,
este madrileño de Coslada está haciendo historia con los vídeos de sus clases
que han visto en Internet más de 20 millones de alumnos. Es profesor YouTuber y
uno de los 10 finalistas a la tercera edición del Global Teacher Prize,
conocido como el “Nobel de los profesores”. Acelerado y aún con jet lag, casi
no se cree lo que está pasando: “Yo ya he ganado”.
La cuestión es que con 18 años suspendió matemáticas –que es
lo que ahora enseña junto con las clases de ciencias- y le daba las tardes a
aquel docente, Pedro, con “500 integrales a corregir”. Y entre integral e
integral, Pedro le intentaba convencer de que en la vida lo que hay que hacer
“es trabajar duro” para obtener resultados.
“Es curiosísimo”, cae Calle sobre su propia biografía. “En
la misma academia en la que me apunté en en COU me contrataron al año siguiente
de profesor”. Y lo que empezó como un curro para poder seguir estudiando (es
ingeniero técnico en Telecomunicaciones) volvió a su vida cuando se quedó en
paro a los 30 años. De nuevo a la academia.
El profesor alucinó al ver
el cartel enorme con su cara delante de la sala de conferencias del
hotel dubaití
Ahora, con 44, sube vídeos a YouTube que se pueden consultar
gratis. Tiene más de 765.000 suscriptores. Empezó a usarlo porque tenía chicos
que se quedaban atrás y otros que dejaron de poder pagar las clases de refuerzo
por la crisis. Gestiona una academia como las de toda la vida con 60 alumnos
entre Madrid capital y el municipio madrileño de Velilla de San Antonio, donde
vive. Su proyecto se llama Unicoos.
Lleva dos días “de locura” en Dubai, donde el próximo
domingo por la tarde se anunciará el nombre del ganador entre 10 aspirantes
(cinco hombres y cinco mujeres que provienen de Pakistán, Reino Unido,
Alemania, Jamaica, Canadá, Brasil, Australia, Kenia y China, además de España).
Calle es el primer candidato español que ha llegado tan lejos, aunque en 2015
ya hubo otro, el maestro zaragozano César Bona, que quedó entre los 50
finalistas y se ha convertido en una celebridad en el panorama educativo. Una
vez sobre el terreno, el madrileño no lo ve tan difícil: "¿Por qué no va a
ganar un español?"
El año pasado quedó primera una profesora palestina, Hanan
Al-Hroub, en una gala en la que participaron los actores de Hollywood Salma
Hayek y Matthew McConaghey y cuya nominación anunció el papa Francisco con un
mensaje grabado.
Empezó a grabar las clases para los alumnos que se quedaban
atrás y los que no podían pagar por la crisis
La ceremonia tiene un aura hollywoodiense y así se siente un
poco Calle, que todavía alucina cuando piensa en que hay un cartel enorme con
su cara delante de la sala de conferencias -“la verdad es que cuando vi el
cartel empecé a creerme todo lo que me está pasando”, dice- de este complejo
hotelero de lujo en el que durante tres se debatirá principalmente de los
profesores y sus experiencias.
“Pensé que mis clases las iban a ver 20 chavales pero se han
viralizado y ahora estoy en Dubái”. Y añade: “No hay nada imposible, ni
siquiera que yo haya llegado aquí”. Ha venido con su exmujer y su hija de 14
años, Marta, que sigue sus vídeos pero no mucho, según su padre. “En casa del
herrero, cuchara de palo”, dice de broma.
En este primer día de las jornadas se han reunido 120
finalistas de las tres ediciones para reflexionar sobre cómo mejorar la
educación. Entre el sábado y el domingo habrá conferencias, clases y mucho
debate seguido por más de 200 medios de comunicación, entre ellos EL PAÍS, que
han sido invitados por la Fundación Varkey para seguir las actividades y la
gala final.
Los criterios para seleccionar a los 10 finalistas – se
presentaron 200.000 profesores de 179 países, de los que 50 eran españoles-
pasan por ver su forma innovadora de enseñar, el efecto que tienen sus clases
sobre los alumnos, cómo se relacionan con la comunidad en la que viven, su
impacto global o el trabajo que hacen enseñando a otros profesores, explican
desde la organización.
Calle cumple algunas de estas características. Es innovador
y repercute en los chicos porque cuelga sus clases en YouTube y con un lenguaje
que ha conectado con los estudiantes. Tiene miles de alumnos apasionados, sus
explicaciones se siguen en España pero también en México, Chile o Argentina y
asegura que un 10% de los suscriptores de su web (con 200.000 seguidores) son
docentes.
Ganar el Global Teacher Prize supone recibir un millón de
dólares, repartido en 10 anualidades, para destinarlos a un proyecto educativo.
Calle lo invertiría todo en su plataforma web. Serviría, asegura, para
contratar a más profesores que le ayuden con otras asignaturas, a un técnico
que pueda elaborar mejor los vídeos y convertir la plataforma en una gran clase
de apoyo virtual.
Le gustaría extender así la técnica conocida como flipped
classroom (o clase invertida, una fórmula de innovación educativa que supone
aprender y trabajar la teoría en casa y centrarse en proyectos y en la cuestión
más práctica en el aula). “Los profesores podrían así dar de alta a los
alumnos, controlar su trabajo y saber si van aprobando los contenidos para que
luego puedan estar todos a un nivel parecido en las clases”. A su manera,
también él quiere transmitir a los chicos lo que le decía su profesor Pedro,
que en la vida hay que trabajar duro. A veces, quien sabe, ese esfuerzo da
frutos y uno acaba viajando a Dubái para competir por convertirse en el mejor
profesor del mundo.
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