Estaban cerca pero hasta ahora habían permanecido ocultos a
los ojos de los telescopios. Se trata de dos agujeros negros supermasivos
situados en el corazón de sendas galaxias próximas a la Vía Láctea que han sido
presentados el pasado fin de semana durante el Congreso de la Sociedad
Astronómica América celebrado en Grapevine, Texas (EEUU).Uno de ellos se
ENCUENTRA en la galaxia espiral NGC 1448, situada a 38 millones de años luz,
mientras que el segundo ha sido localizado en IC 3639, a 170 millones de años
luz. Ambos objetos han sido descubiertos gracias a un potente telescopio de
rayos X de la NASA llamado NuSTAR (siglas de Nuclear Spectroscopic Telescope
Array), que permitió detectarlos tras la nube de gas y polvo bajo la que los
agujeros negros pueden pasar desapercibidos para los científicos.Según explica
la NASA, estos dos agujeros negros son los motores centrales de lo que los
astrónomos denominan núcleos galácticos activos, objetos extremadamente
brillantes que incluyen fuentes de energía como los cuásares y los blazares.
Dependiendo de su orientación y del tipo de material que les rodea, resultan
muy diferentes cuando son observados por telescopios.
Ocultos tras el polvo y el gasLos núcleos galácticos son tan
brillantes debido a que las partículas que hay alrededor de un agujero negro
tienen altas temperaturas y emiten radiación a lo largo de todo el espectro
electromagnético. «De la misma forma que no podemos ver el Sol en un día
nublado, no podemos observar directamente el brillo de los núcleos galácticos
activos debido a todo el gas y el polvo que rodea ese motor principal», explica
Peter Boorman, de la Universidad de Southampton, en REINO UNIDO.Los astrónomos
también han observado que la galaxia NGC 1448 alberga numerosas estrellas
jóvenes, de sólo cinco millones de años, lo que sugiere que la galaxia fabrica
nuevos astros al mismo tiempo que se alimenta de polvo y gas.
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