Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un
nuevo sistema solar con siete planetas del tamaño de la Tierra. Está a unos 40
años luz de nosotros, en torno a una estrella tenue y fría de un tipo conocido
como “enanas rojas”. En la Vía Láctea, esta clase de astros son mucho más
abundantes que las estrellas como el Sol y, recientemente, se han convertido en
el lugar predilecto para buscar gemelos terrestres que podrían albergar vida,
según explicaron los investigadores y responsables de la NASA en rueda de
prensa. "La cuestión ahora no es si encontraremos un planeta como la
Tierra, sino cuándo", han asegurado.
El nuevo sistema solar orbita en torno a Trappist-1, un
astro del tamaño de Júpiter ubicado en la constelación de Acuario. El año
pasado, un equipo internacional de astrónomos halló tres planetas orbitando en
torno a este astro, con tan solo un 8% de la masa del Sol. En un nuevo estudio
publicado hoy en la revista Nature, el mismo equipo confirma la existencia de
esos tres mundos y anuncia otros cuatro. Todos tienen un tamaño similar a la
Tierra, pero están mucho más cerca de su débil estrella, lo que les permitiría
albergar agua líquida, condición esencial para la vida. Se trata del sistema
solar con más planetas del tamaño de la Tierra y que podrían contener agua que
se ha hallado hasta la fecha, según un comunicado del Observatorio Europeo
Austral (ESO).
En febrero y marzo de 2016, los astrónomos usaron el
telescopio espacial Spitzer de la NASA para captar las minúsculas fluctuaciones
en la luz del astro que se producen cuando los planetas pasan frente a su
estrella. Telescopios terrestres en Chile, Sudáfrica, Marruecos, EE UU y la
isla de La Palma, en Canarias, dirigieron también sus lentes hacia Trappist-1
entre mayo y septiembre. Las observaciones confirman la existencia de seis
planetas, Trappist-1 b, c, d, e, f y g, según su proximidad decreciente al
astro, y sugieren la existencia de un séptimo, h, aún no confirmado. Los seis
planetas confirmados parecen ser rocosos, como la Tierra, Marte, Venus y
Mercurio, aunque algunos podrían ser mucho menos densos. Trappist-1 y sus
mundos se parecen mucho a Júpiter y sus lunas heladas Io, Europa, Ganímedes y
Calisto, algunas también candidatas a albergar vida.
“Es un sistema planetario alucinante, no solo porque haya
tantos sino porque su tamaño es sorprendentemente similar al de la Tierra”,
dice Michaël Gillon, investigador de la Universidad de Lieja (Bélgica) y autor
principal del estudio. "La pregunta de si estamos solos en el universo se
resolverá en las próximas décadas", ha dicho Thomas Zurbuchen,
investigador de la NASA, durante la rueda de prensa. No será viajando, o al
menos por ahora: para llegar allí con la tecnología actual, necesitaríamos unos
300.000 años.
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